Las primeras unidades de lámparas de polimerización fueron desarrolladas en los años 1970 y emitían energía (alrededor de 365nm) ultravioleta (UV)11. Estos aparatos fueron abandonados rápidamente debido a la pobre penetración de este tipo de energía en las resinas, a preocupaciones relacionadas con la seguridad del paciente y del operador y los efectos dañinos de la radiación UV en los tejidos orales.
Las lámparas tungsteno-halógenas de cuarzo (QTH, en inglés) comenzaron a ser utilizadas en odontología con el advenimiento del sistema fotoiniciador de canforoquinona. Este tipo de materiales absorbe la luz visible en el rango de 468 nm.12 Las lámparas QTH tienen un filtro especial de cristal para absorber el calor y también un filtro de luz que permite el pasaje de un amplio espectro de luz azul entre 400 y 550 nm13, más que suficiente para activar la canforoquinona.
Las lámparas QTH se convirtieron en la principal fuente de fotopolimerización a finales de los años 80 y durante los 90; sin embargo, la densidad de potencia de este tipo de aparatos permaneció en un promedio de alrededor de 400 y 500 mW/cm2.
Para incrementar la cantidad de potencia de las lámparas QTH, se inventó la punta turbo. Esta punta se compone de un haz de fibras ópticas que son estiradas durante la fabricación, mientras aún están calientes, en forma tal que el haz de fibras tenga un diámetro menor en la punta. Así, la potencia emitida es la misma en ambos extremos, pero como está distribuida en un área menor en el extremo emisor, la irradiancia puede incrementarse a veces en hasta 1,6 veces2. El problema con este tipo de punta emisora es que debido a su pobre colimación, hay una pérdida significativa de potencia a medida que aumenta la distancia desde la punta, aunque hay más potencia en regiones cercanas a la misma. La Figura 1 representa la punta turbo de la lámpara de fotopolimerización Demi (Kerr Corp., Washington, DC, EE UU).
Un estudio previo que utilizaba una lámpara de fotopolimerización de luz LED azul examinó el efecto de utilizar una guía de luz turbo o una guía estándar en el alcance de polimerización de dos resinas compuestas. El estudio comparó medidas de microdureza efectuadas en incrementos de 1mm desde el centro del espécimen y continuando 4mm a lo largo de sus ejes este-oeste y norte-sur24. Se concluyó que los patrones de dureza superficial estaban correlacionados con los perfiles de irradiancia del haz de luz: los valores de dureza eran mayores bajo el centro de la punta de luz turbo, donde los valores de irradiancia eran mayores, mientras que los valores decrecían hacia los márgenes de los especímenes.
Durante finales de los 90, el aclaramiento dental se convirtió en un tratamiento exitoso y los pacientes comenzaron a solicitar este tipo de procedimiento estético. Así fueron necesarios nuevos tonos de resina compuesta, que pudieran mimetizarse con los colores más claros y altamente luminosos de los dientes aclarados. Utilizar sólo canforoquinona como iniciador ya no era una opción, porque su brillante tonalidad amarilla tenía una influencia significativa en el color final de la resina compuesta.
Fuente:
http://www.dentaldeal.es
Las lámparas tungsteno-halógenas de cuarzo (QTH, en inglés) comenzaron a ser utilizadas en odontología con el advenimiento del sistema fotoiniciador de canforoquinona. Este tipo de materiales absorbe la luz visible en el rango de 468 nm.12 Las lámparas QTH tienen un filtro especial de cristal para absorber el calor y también un filtro de luz que permite el pasaje de un amplio espectro de luz azul entre 400 y 550 nm13, más que suficiente para activar la canforoquinona.
Las lámparas QTH se convirtieron en la principal fuente de fotopolimerización a finales de los años 80 y durante los 90; sin embargo, la densidad de potencia de este tipo de aparatos permaneció en un promedio de alrededor de 400 y 500 mW/cm2.
Para incrementar la cantidad de potencia de las lámparas QTH, se inventó la punta turbo. Esta punta se compone de un haz de fibras ópticas que son estiradas durante la fabricación, mientras aún están calientes, en forma tal que el haz de fibras tenga un diámetro menor en la punta. Así, la potencia emitida es la misma en ambos extremos, pero como está distribuida en un área menor en el extremo emisor, la irradiancia puede incrementarse a veces en hasta 1,6 veces2. El problema con este tipo de punta emisora es que debido a su pobre colimación, hay una pérdida significativa de potencia a medida que aumenta la distancia desde la punta, aunque hay más potencia en regiones cercanas a la misma. La Figura 1 representa la punta turbo de la lámpara de fotopolimerización Demi (Kerr Corp., Washington, DC, EE UU).
Un estudio previo que utilizaba una lámpara de fotopolimerización de luz LED azul examinó el efecto de utilizar una guía de luz turbo o una guía estándar en el alcance de polimerización de dos resinas compuestas. El estudio comparó medidas de microdureza efectuadas en incrementos de 1mm desde el centro del espécimen y continuando 4mm a lo largo de sus ejes este-oeste y norte-sur24. Se concluyó que los patrones de dureza superficial estaban correlacionados con los perfiles de irradiancia del haz de luz: los valores de dureza eran mayores bajo el centro de la punta de luz turbo, donde los valores de irradiancia eran mayores, mientras que los valores decrecían hacia los márgenes de los especímenes.
Durante finales de los 90, el aclaramiento dental se convirtió en un tratamiento exitoso y los pacientes comenzaron a solicitar este tipo de procedimiento estético. Así fueron necesarios nuevos tonos de resina compuesta, que pudieran mimetizarse con los colores más claros y altamente luminosos de los dientes aclarados. Utilizar sólo canforoquinona como iniciador ya no era una opción, porque su brillante tonalidad amarilla tenía una influencia significativa en el color final de la resina compuesta.
Fuente:
http://www.dentaldeal.es