Durante los años 1950 y 1960, aparecieron nuevas técnicas quirúrgicas, para eliminar las bolsas periodontales de tejido blando, y cuando se indicaba, tejido duro. Se mostraba mucho énfasis en el mantenimiento después del procedimiento quirúrgico de una zona adecuada de encía adherida. Nebers fue uno de los primeros autores que se encargó de describir una técnica para conservar una zona adherida. La técnica originalmente tuvo la denominación de reubicación de encía adherida, para más tarde, ser modificada por Ariaudo y Tyrrell.
En el año 1962, Friedman considero que, a fin de describir de una forma más precisa la técnica quirúrgica introducida por Nebers, llamarle Colgajo de reubicación apical. Friedman insistió en que cuando la cirugía terminase, todo el complejo de los tejidos blandos (encía y mucosa alveolar) en lugar de encía sola se desplazaba en sentido apical. Así, en lugar de escindir la cantidad de encía que sobraría a posteriori del procedimiento quirúrgico óseo (si se la realizaba) se conservaba todo el complejo mucogingival, y se le reubicaba apicalmente. Esta técnica fue utilizada en las caras vestibulares de ambos maxilares, y en las caras linguales del maxilar inferior. La técnica descrita por Friedman debe realizarse de la siguiente manera:
Debe realizarse una incisión de bisel invertido con bisturí, con una hoja de Brad – Parker (Número 12B o 15). La distancia del margen gingival o vestibular o lingual de la incisión que deberá hacerse dependerá de la profundidad de la bolsa, así como del espesor y el ancho de la encía. En el caos de que, preoperatoriamente, existiera una zona fina y estrecha de encía adherida, la incisión deberá de realizarse próxima al diente. Deberá darse un contorno festoneado a la incisión biselada, para así asegurar el máximo recubrimiento interproximal del hueso alveolar al reubicar el colgajo. En todos los extremos de la incisión de bisel invertido deberán realizarse incisiones verticales liberadoras, que se extienden por dentro de la mucosa alveolar (más allá del límite mucogingival), con lo cual resulta posible que se reubique apicalmente el colgajo.
Usando un elevador mucoperióstico, deberemos elevar un colgajo de esta naturaleza de espesor total, que incluirá a la encía vestibular y lingual y la mucosa alveolar. El collar marginal de tejidos que incluyen el epitelio de la bolsa y el tejido de la granulación deberá ser eliminado con las curetas. Debe realizarse de forma cuidadosa el detartraje y el alisamiento de las superficies radiculares.
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